Cuando un niño nace, no sabe jugar, estudiar, pensar, querer a los demás, prestar atención, hablar…Todas estas habilidades y conductas y la inmensa mayoría de las que un niño manifiesta las va aprendiendo a lo largo de los días y los años. Los padres, maestros y otras personas de la comunidad intervenimos de manera decisiva en ese largo y complejo aprendizaje.
Las rabietas, agresiones, peleas, miedos, timidez, desobediencia, problemas con las comidas... y la mayoría de los problemas de conducta que los niños presentan durante el desarrollo de su personalidad también los aprenden, no nacen con ellos. Y también en ese aprendizaje intervenimos activamente nosotros.
¿Cómo se aprenden las conductas?
• Condicionamiento. Los niños y niñas aprenden conductas por condicionamiento cuando asocian dicha conducta a una respuesta o estimulo determinado. Por ejemplo el niño que tiene una rabieta y recibe atención, asocia la rabieta a la atención recibida. De esta forma ha aprendido un tipo de conducta para lograr una respuesta.
• El modelo. Explica cómo enseñar conductas complejas, mediante un proceso de aproximaciones sucesivas. Si queremos que el niño aprenda un conducta compleja, descompongamos ésta en partes, ordenadas por el grado de dificultad, y vayamos reforzando su realización sucesiva. Un ejemplo: si queremos que nuestro hijo de seis años colabore en casa poniendo la mesa, al principio le pediremos que coloque el mantel y le felicitaremos por realizarlo. Después de varios días, cuando haya aprendido a poner el mantel, le pediremos que coloque el mantel y que lleve los platos y le felicitaremos por realizarlo. Así sucesivamente hasta conseguir el objetivo.
• Imitación. Los niños y niñas, aprenden imitando la conducta de los adultos significativos para ellos. Aprenden más de lo que ven, que de lo que les dice. Los pequeños ven nuestro modo de actuar e imitan nuestro tipo de conducta. Suele ocurrir cuando les decimos a gritos que hablen en voz baja, cuando les decimos que no fumen mientras que sostenemos un cigarrillo en la mano, cuando les pedimos que nos escuchen y nosotros no les escuchamos, cuando les prohibimos que peguen a los demás mientras que les estamos dando una bofetada
Los niños y niñas por lo tanto realizan una serie de conductas que han ido aprendiendo y que definen su modo de actuar. Estos comportamientos pueden ser adecuados o inadecuados, depende de la experiencia previa de los pequeños.
En muchas ocasiones como adultos nos desesperamos cuando los más pequeños efectúan conductas no deseadas o no adecuadas en un momento determinado. Pero debemos saber que del mismo modo que se aprende una conducta no deseada se puede desaprender, y del mismo modo también se puede aprender una conducta deseada.
Para esto usamos las técnicas de modificación de conducta que se basan en los principios generales de aprendizaje.
PROCEDIMIENTOS Y TÉCNICAS DE MODIFICACIÓN DE CONDUCTA
Hay una creencia extendida de que ciertas conductas infantiles son propias de la edad y que con el tiempo tienden a desaparecer. Ciertamente, así puede suceder en muchos casos. Sin embargo, es muy arriesgado pasar por alto ciertos comportamientos con la esperanza de que el tiempo lo mejorará. Una intervención en la etapa infantil, no hecha a tiempo, puede suponer la consolidación, perpetuación y agravamiento del problema en la adolescencia. Las normas, valores y referentes deben construirse desde la temprana infancia y debemos intervenir para que la personalidad y valores del niño se instauren de manera adecuada.
Las técnicas para la modificación de conducta nos ayudan a trabajar con nuestros hijos e hijas para reforzar conductas positivas o eliminar aquellas disruptivas.
Las técnicas para la modificación de conducta nos ayudan a trabajar con nuestros hijos e hijas para reforzar conductas positivas o eliminar aquellas disruptivas.
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